martes, 8 de marzo de 2011

Cinco

Una leyenda urbana dice que en un sótano inmundo, en alguna parte de Nueva Orleans, hay un ascensor que baja directamente hasta el infierno. Nadie que haya conseguido llegar hasta la puerta de ese ascensor, ha regeresado para confirmar su existencia y desgraciadamente no se puede saber si tras el desastre del huracán Katrina, seguirá en funcionamiento.

Ahora bien, teniendo en cuenta que las condiciones de vida en el infierno no deben diferir mucho de las que se dan en un país algo así como España en un mes de Julio cualquiera, el autor, jamás creado por W. Faulkner, puede suponer que el servicio técnico encargado de repararlo estará en huelga, amenazará con estarlo o bien habrá sido despedido directamente después de no cobrar la nómina desde los tiempos de la Contrarreforma y sin derecho a rechistar. Entra, pues, dentro de lo posible que sin haber sido despedido todavía, lleve sin cobrar desde ni se sabe, lo que explicaría su escaso celo en el trabajo.

Otra hipótesis de las varías que se podrían contemplar, es la de que Mefistófeles que gestiona el servicio desde los tiempos del Pentateuco, lo haya subcontratado a algún pobre diablo menor o haya decidido privatizarlo, por lo que muchos que tenían ya el billete, se han quedado en tierra mientras se aclara todo, lo que explicaría que el porcentaje de MALNACIDOSHIJOSDEPERRA que de un tiempo para acá vienen recogiendo las encuestas ande tan disparado.

Otra leyenda, ésta es moldava, cuenta que en la noche del Equinoccio de Invierno, el diablo pasa un momento frente a todos los espejos del mundo sin que podamos verlo; pongamos que sería conveniente aprovechar la ocasión e ir pensando en escribir en todos y cada uno de ellos una reclamación formal en toda regla.

Copyright J.M.Bielsa-Gibaja. Todos los derechos reservados.

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