lunes, 25 de julio de 2011

Nueve

Disfrazada, como cualquier otro fruto del devenir, la madurez llega en un momento impreciso en la vida de cada uno.
La de Edna Lomax llegó disimulada en la indiferencia con que el tiempo iba alcanzando fechas sucesivas en el calendario para luego dejarlas atrás y pronto se fue vistiendo, como toda madurez inteligible, de una tibia resignación menos amable en el fondo de lo que translucía un equilibrio formal edificado minuciosamente por ella misma con la única misión de mantenerla dentro de los límites de la razón y a salvo del desconsuelo con que la miseria le venía obsequiando hacía ya demasiados años; y aunque en toda madurez suele haber algo de aburrimiento, claudicación y melancolía, la suya se había hecho a base de severas privaciones, soledad y desengaños y cuando hablaba de su vida era como si sobre su cielo hubiera brillado siempre un “no” enorme y turbador como una luna llena de verano que hubiera pulverizado sus anhelos al mismo ritmo al que un marido algo egoísta y apocado la había ido dejando sola, mientras que con el paso de los años anodinos y escarmentados, los recelos iban imponiéndose sutilmente a cualquier tipo de planteamiento similar a una esperanza.

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martes, 12 de julio de 2011

Apócrifos de San Juan en Patmos (1)

Cuando el placer por prevalecer al precio que fuera contamine cualquier otra dimensión de la existencia, creyendo estar plenamente vivos, resultará que empezareis a estar muertos. Vais a apestar.

Incapaces de ver más allá de vosotros mismos, pondreis todo al servicio de un yo necesitado de pretextos que prevaricará día y noche homicida y pomposo. Todo serán instrumentos. Vuestras mujeres, vuestros maridos, vustros hijos, vuestros padres. Vuestros amigos y los amigos de éstos. Vuestros consumos.

Pronto no hubrá mejor retrato de uno que una buena factura del Mercadona. En la periferia (siempre más desgarradora) las enmarcarán y las pondrán sobre la mesita de noche. Alguien morirá en alguna parte y en el nicho le pondrán flores a su tarjeta de crédito. Destrozados, los familiares del muerto la mirarán y sollozarán: -"No somos nada."

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